Tu Bishvat
ט“ו בשבט
15 Shvat 5783
5-6 Febrero 2023
La Mishná indica que en el antiguo Israel existían cuatro años nuevos, uno para la cuenta del tiempo del reinado de los reyes y los demás relacionados con la correcta contabilidad para las ofrendas. En específico, la escuela de Shamai nombró al primer día del mes de Shvat como el comienzo de la cuenta para el diezmo de los primeros frutos y la escuela de Hilel lo instauró el día 15 del mes de Shvat. De ahí proviene el nombre de esta celebración: Tu Bishvat significa “15 de Shvat” y se denomina “Año Nuevo de los Árboles” ya que cada letra del alfabeto hebreo representa un número. Así, la letra “Tet” representa “9” y la letra “vav” (que se pronuncia “u”) representa “6” (9+6=15), evitando escribir la letra “yud”(10) junto a la letra “hei” (5), formando la mitad del nombre de Dios.
Para efectos de una contabilidad clara, la Mishná nombrada indicaba que, si un árbol daba frutos antes de esa fecha, esos frutos debían ser contabilizados para el año anterior, en caso contrario, para el año siguiente.
En el siglo 17, los cabalistas de Israel instituyeron un Seder de Tu Bishvat, una cena con un ritual especial en que se degustan los frutos de Israel, se dicen bendiciones por las frutas y el pan, se viaja por las cuatro estaciones y por los cuatro niveles de la creación: emanación, creación, formación y acción.
Basados en una serie de versículos bíblicos y máximas rabínicas, esta festividad se fue transformando en la celebración de la Tierra de Israel y de la naturaleza:
“Porque el Señor Tu Dios te trae a una tierra buena…tierra de trigo y de cebada, de la vid y de la higuera, del granado, tierra de olivos, de aceite y de miel”.
“Y tomó Dios al hombre y lo puso en el jardín de Edén para cultivarlo y guardarlo”.
El Midrash dice: “Cuando Dios creó al primer ser humano, le mostró todos los árboles del Jardín del Edén y le dijo: “¡Ve mis obras! ¡Ve cuán bellas son, qué excelentes! Para ti las he creado, preocúpate de no arruinar ni destruir Mi mundo, porque si lo haces, no habrá nadie que lo repare después de ti”.
En la Torá está escrito: “ki ha’adam etz hasadé”, “porque el hombre es como el árbol del campo”. De ahí se aprende que destruir un árbol equivale éticamente a asesinar a una persona y se deduce la enseñanza judía del “bal tashjit”, “no destruir”, que implica no romper algo sin razón, no desperdiciar, no hacer sufrir a los animales, no talar árboles frutales y no destruir la naturaleza. El filósofo Maimónides (1135-1204) agregó: “Esta ley no se aplica únicamente a los árboles, sino que cualquiera que rompa recipientes, desgarre ropas, destruya un edifico, tapone un pozo o derroche alimentos viola la prohibición de destruir”.
En el año 1908, el Sindicato de Profesores de Israel declaró Tu Bishvat como jornada de plantación de árboles como símbolo del renacimiento del nuevo Estado de Israel. La fiesta fue aceptada por todos y respetada hasta el día de hoy.
En 1977 se fundó el Kibutz Yahel y posteriormente el Kibutz Lotán ubicados en el desierto del Neguev en Israel y afiliados a la Unión Mundial del Judaísmo Progresista (WUPJ). Se crearon con el concepto de crear comunidades cooperativas basadas en los valores ecológicos judíos. Poseen plantaciones de dátiles, realizan ecoturismo y entregan cursos de agricultura orgánica, energía solar, edificaciones naturales, permacultura, eficiencia energética y ecología creativa.
En 2017, la Unión del Judaísmo Reformista de los Estados Unidos (URJ) suscribió un documento que hace un llamado a las congregaciones reformistas a tomar una posición activa para generar conciencia del grave problema del cambio climático.
Las actividades que se proponen pueden presentarse en una amplia gama de formatos, desde las prédicas rabínicas relacionadas al tema hasta la educación ambiental en los campamentos juveniles y en los cursos de preparación para el bar y bat mitzva. Desde la mirada ecológica de cada festividad judía hasta el activismo político en favor de legislaciones de desarrollo medioambiental sustentable.
La Rabina Dalia Marx escribió: “Este año, miremos a nuestro alrededor con amor y con temor, enfoquemos nuestros esfuerzos en no depredar nuestro mundo, en comprometernos con el resguardo del ser humano y de la tierra”.
Rabino Martín Hirsch
Concepción – Chile