35 Años de la AIC: Shabat en Florianópolis con la Rabina Kelita

Texto escrito por la Rabina Kelita Cohen

“¡Todo lo que hicimos desde la creación de la AIC hasta hoy, FUE TODO MUY BUENO!”

Parafraseando la contemplación divina ante la creación, así abrió el Sr. Valdemir Duarte – uno de los pioneros de la Associação Israelita Catarinense – las celebraciones por los 35 años de existencia de la comunidad judía en Florianópolis.

Este shabat tan especial incluyó tefilá, estudio, reencuentros y homenajes. El salón se llenó: por quienes vinieron de lejos, por quienes siempre están cerca y también por tantas presencias evocadas en las memorias que nos acompañan.

La pared con la galería de expresident@s en la sede de la AIC nos cuenta, en imágenes, una historia de coraje, compromiso y continuidad. Nombres como Rosita Schmid, Eduardo Gentil y Denise Pizelman siguen presentes, hoy como ayer, ofreciendo apoyo e inspiración a la gestión actual. Otros líderes siguen vivos en los actos de sus familiares, como Ioki, cuya memoria fue recordada con emoción y reverencia por su esposa, Betina.

La presidencia actual, en manos de la querida Miriam Lafer y del incansable Gustavo Costa, refleja ese espíritu de entrega: los primeros en llegar y los últimos en salir, cuidando cada detalle para que las celebraciones de Kabalat Shabat y Shajarit transcurrieran con dignidad, belleza y alma. Y como bien mencionó Ricardo Levi, director de cultura y religión, todo esto se hace con nadiv lev, corazones dispuestos a ofrecerse voluntariamente por el bien común.

Como rabina, fue un honor oficiar estos servicios y compartir reflexiones con la comunidad. Nos dedicamos a estudiar la entrega de la Torá, en resonancia con la festividad de Shavuot, y seguimos adelante con las enseñanzas de la parashá Nassô, que nos llama a transformar la revelación en acción, la trascendencia en responsabilidad cotidiana.

La AIC es una comunidad que mira al pasado con gratitud, vive el presente con intensidad y contempla el futuro con esperanza. En cada encuentro, se renueva el compromiso colectivo de mantener viva la chispa judía en suelo catarinense.

Me voy de Florianópolis con el corazón cálido y con la certeza de que aún tenemos muchos caminos por recorrer – junt@s.