En razón de la Convención de CONIB, tuvimos la oportunidad de traer al célebre filósofo, activista social y cineasta francés Bernard-Hénry Levy.
El pasado mes de noviembre, en São Paulo, la CONIB realizó su 49ª Convención Anual con una serie de eventos dedicados a celebrar, en simultáneo, los 70 anõs de su fundación, los del Estado de Israel y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
En razón de la Convención de CONIB, tuvimos la oportunidad de traer al célebre filósofo, activista social y cineasta francés Bernard-Hénry Levy, quien ya ha publicado 30 libros. Él se mostró bastante impresionado con la organización y el activismo de la comunidad judía brasileña. Su conferencia titulada “El espíritu del Judaísmo” lleva el mismo nombre que uno de sus libros.
Él está entre los grandes pensadores contemporáneos de la actualidad. Uno de los temas centrales de su exposición fue el intento de comprender el antisemitismo, una clase de fenómenos atemporal.
Lévy llamó la atención a un nuevo antisemitismo que está presente en diversas partes del mundo, afirmó que es de gran importancia la defensa de los valores democráticos y liberales, y que la comunidad judía de todo el mundo debe tener cautela antes de firmar alianzas con gobiernos con características autoritarias.
Lévy entiende que el judaísmo se manifiesta en su plenitud no en una manera estrictamente religiosa, sino en la forma de activismo social y político, con la pretensión de corregir el mundo. Para ello, primeramente está Israel – que, como sugiere el filósofo judío, su misma existencia es una manera enfática de enfrentar el mal que está en toda parte y que se realiza desde hace siglos por medio del antisemitismo.
De acuerdo con Lévy, la pertenencia al judaísmo es nacional, y no religiosa. Esta concepción está presente en la obra de Hannah Arendt, en el ensayo El judío como Paria (1944) describe a la religión judía como un conjunto de valores a los que uno se apropria o no de ellos, como judaísmo, es decir, la pertenencia a la nación judía (jewishness). Se trata de una condición existencia y, por lo tanto, ineludible. Por esa razón, la existencia de Israel, en base a ese pensamiento, tuvo la función de redefinir el judaísmo. La voluntad de conformar el pueblo judío y defender las fronteras de su estado nacional, sea cual sea el linaje al que pertenece, sería superior al exclusivismo religioso en la definición de la identidad.
Lévy sostiene que la misión de los judíos es “estudiar los textos judíos el máximo posible, y el tesoro de inteligencia y moral que guardan en su interior”. Él defiende la importancia de la contribución del pensamiento judío para la formación del pensamiento del Occidente.
Defiende aún la importancia de “creer en los valores universales y liberales, en el espíritu libre y la libertad de pensamiento, y luchar contra toda forma de fanatismo y violencia”.
La participación de Bernard-Hénry Levy proporcionó a los líderes de la comunidad una serie de reflexiones. Sus ideas y pensamientos cruzan las fronteras geográficas de Francia y resuenan en varios países del Occidente.
Fernando Lottenberg, Presidente de la CONIB (Confederação Israelita do Brasil)