Por Maria Hilda y Hermano Wrobel
El mes de diciembre del calendario gregoriano es especial: es el mes de las luces, cuando las familias se reúnen para, cada uno a su modo, iluminar las casas y celebrar la vida.
La Navidad, que para los cristianos marca el nacimiento de Jesús, el hijo de Dios – celebrada el 25 de diciembre – es una de las fiestas más importantes en el calendario del cristianismo y un momento especial para las familias.
Celebrar la Navidad para los católicos es conmemorar el milagro del nacimiento de Jesucristo y hacer que se despierte en todos nosotros la esperanza en nuestro Dios. “Lo Divino se hizo humano para que lo humano pudiese ser Divino”.
Con la intención de ilustrar la historia navideña contada por la Biblia, se desarrolló la tradición del armado de pesebres que reproducen la escena del nacimiento de Jesucristo. A esa se sumaron otras como la de adornar árboles para festejar el nacimiento del “Dios de la Luz” y encender las velas del Adviento.
Para los judíos, Janucá, también conocida como la Fiesta de las luces, comienza después de la puesta del sol del 24º día del mes de Kislev, del calendario judío, cuando se celebra la victoria del pequeño ejército judío conformado en su mayoría por campesinos que lograron vencer al fuerte ejército seléucida de ocupación y liberaron a Jerusalén, limpiando y purificando el Templo Sagrado.
Durante la purificación del templo se encontró solamente una jarra de aceite puro, lo que daría para mantener la llama de la Menorá encendida por solo un día, pero por milagro duró ocho días, el tiempo necesario para purificar más aceite.
Recordando ese pasaje, los judíos conmemoran encendiendo las ocho velas de la janukiá, una a cada día, además de la vela central, llamada shamash (guardián).
En algunos hogares la celebración es más intensa: son aquellos conformados por personas que, respetando la diversidad religiosa, se unieron para formar una familia, donde el respeto por las diferencias es el mayor legado.
Es el caso de nuestra familia.
Nuestros hijos crecieron conociendo la historia, los valores y las tradiciones del judaísmo y del catolicismo, porque en el fondo, en muchos puntos se confunden, principalmente por el hecho de que son las primeras religiones monoteístas que tienen al amor como su principal valor.
Fue con ese amor que ellos crecieron y formaron sus familias.
Hoy, conmemoramos con nuestros hijos y nietos las fiestas de Janucá – encendiendo las velas de la janukiá – y también encendiendo las luces del árbol de Navidad, iluminando nuestras vidas con el amor que aprendemos en la Torá y en la Biblia.
¿Las diferencias?… ¿Qué diferencias? Somos una familia en la verdadera expresión de la palabra, donde el respeto y la solidaridad nos mantienen juntos hace mucho tiempo.
JAG JANUCA SAMEAJ y FELIZ NAVIDAD para todos nosotros.
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Maria Hilda Magalhães da Rocha Wrobel es católica y Hermano Wrobel es judío, y están casados hace 48 años.