Del 5 al 14 de julio, se realizaron los tradicionales seminarios Bergman y Beutel de la WUPJ. Respectivamente, programas dedicados a educadores y líderes voluntarios de las comunidades progresistas del mundo. Por primera vez, ambos seminarios compartieron el programa y las experiencias. Los 16 participantes provenimos de Argentina, Australia, Biolorrusia, Brasil, Estados Unidos, Israel, Italia, República Checa, Rusia y Sudáfrica. Tras haber sido seleccionados, comenzamos hace unos meses de modo online, modalidad que mantendremos hasta fin de año. En esta oportunidad los participantes pudimos compartir 10 días en Israel.
El programa diseñado por la Rabina Stacy Blank y el Rabino Shlomo Zagman fue sumamente valioso. Por un lado, pudimos ver la belleza histórica de Jerusalén y la pujanza contemporánea de Tel Aviv. Por el otro, estuvimos expuestos a la tensión que se respira en los territorios habitados por colonos israelíes en Cisjordania. Estuvimos en Modiín, una ciudad que creció planificándose junto a la comunidad reformista más grande del país. Al mismo tiempo, conocimos rabinas y rabinos de nuestro movimiento que se abren camino con dificultad, frente a un estado que no les provee de las mismas herramientas que a sus contrapartes ortodoxas. Nos sorprendimos de todo lo que ellas y ellos logran en las diversas realidades y geografías del país. También, de las valiosas alianzas posibles entre las denominaciones religiosas entre sí, y con los movimientos sociales y de derechos humanos de los componentes de la sociedad israelí. Además, aprendimos herramientas para el emprendimiento social, visitamos museos y caminamos ciudades y desiertos.
Durante estos días, a su vez, hubo actividades dirigidas a crear lazos entre los participantes. Cenas, actividades musicales y litúrgicas entre otras. Es quizás el sabor de boca más hermoso que nos queda al finalizar esta hermosa experiencia. Supimos crear una comunidad. Pasamos entrañables momentos de risas y camaradería. Supimos cuidar a aquellos del grupo que debieron aislarse por COVID. Estuvimos ahí luego de finalizar el seminario, ayudándonos cuando nuestros vuelos se demoraban, o nos faltaba algún papel para salir del país. Nos extrañamos, y actuamos inspirados por todo lo que pudimos vivir juntos y juntas.
Hernán Rustein es rabino en Templo Libertad, Buenos Aires.
Después de dos -casi tres- años de aislamiento, con una gran frustración a principios de 2020 (luego de una conferencia cancelada por la pandemia), y prácticamente sólo eventos virtuales desde entonces… puedo decir que fue una experiencia memorable participar en el seminario Beutel, de la World Union for Progressive Judaism. Quiero aclarar que no fue debido a esa “resaca” de eventos virtuales, sino que el seminario en sí mismo ya es una experiencia más que increíble.
Pudimos compartir momentos, sesiones de aprendizaje, visitas a museos cerrados y al aire libre, museos abarrotados y lugares que son museos en sí mismos. Cada comunidad, cada rabino y rabina que conocimos, cada profesional y voluntario con el que hablamos, el programa desarrollado por los rabinos Stacey Blank y Shlomo Zagman estuvo muy cohesionado de principio a fin.
Estas experiencias, prácticas e intercambios nos acercan a personas, comunidades e instituciones de todo el mundo, entre reformistas y no reformistas, entre judíos y árabes, entre latinoamericanos y las demás regiones de la WUPJ. Al mismo tiempo, ese diálogo nos muestra que cada uno de nosotros tiene su propia identidad, su propia comunidad, su sabor particular del judaísmo reformista, y es precisamente esta pluralidad de retos y detalles lo que enriquece nuestro movimiento y nuestra experiencia personal y comunitaria.
David Britva Beraha es director ejecutivo de la UJR-AmLat.