Shavuot
שבועות
25-27 Mayo 2023
6-7 Sivan 5783
¿Quién es tu Noemí?
Rabino Pablo Schejtman
União Israelita de Porto Alegre – Brasil
Shavuot es una festividad de múltiples significados. Conmemora el otorgamiento de la Torá por Dios al pueblo judío en el Monte Sinai hace más de tres mil y trescientos años. En esta fecha específica renovamos la aceptación de la Ley al reafirmar nuestro compromiso con la interpretación y observancia de los mandamientos. Antes de Shavuot, durante los 49 días de la cuenta del Omer, ya nos habíamos preparado espiritualmente a través de prácticas de introspección, crecimiento espiritual y mejora personal. Ahora se nos brinda una oportunidad única para reflexionar sobre nuestra relación con lo divino y fortalecer la conexión con textos consagrados, elevados, que constituyen una fuente de orientación para generaciones.
La celebración está impregnada de rituales y tradiciones. Encendemos las velas, estudiamos la Torá durante toda la noche, leemos los Diez Mandamientos en la sinagoga y disfrutamos de alimentos lácteos que simbolizan la dulzura y la abundancia. Estas prácticas pretenden sumergirnos en la esencia de la festividad y conectarnos con la herencia y el legado que nos fue entregado en el monte Sinai. De hecho en Shavuot tenemos la oportunidad de recordar que no se trata simplemente de reverenciar un antiguo libro, sino de utilizarlo como orientador para una existencia plena. El estudio de la Torá agita la monotonía de la vida cotidiana. Su lectura atenta nos permite redescubrir los conflictos humanos esenciales y la unidad divina fundamental que impregna toda la creación. Nos incita a reconocer que nuestras acciones a veces generan paz y armonía en el mundo, convirtiéndolo en un hogar trascendente. En suma, Shavuot nos concede la oportunidad de fortalecer nuestro vínculo con la Torá, renovar nuestro compromiso con los valores judíos y celebrar la rica herencia que nos une.
En esta publicación los propósitos son igualmente trascendentales, aunque más modestos. Aqui pretendemos enaltecer la figura de Noemí, personaje central de Meguilat Rut, una lectura propia de esta época. Dicha narración es oportuna por diversas razones. En primer lugar, Shavuot conmemora la entrega de la Torá y la aceptación del pueblo de Israel de cumplir y seguir sus enseñanzas. Y Meguilat Rut es un relato que destaca el anhelo de pertenencia y la adhesión a las creencias del pueblo judío por parte de una mujer extranjera, proveniente de Moab. Al mismo tiempo, la historia ilustra su compromiso y lealtad hacia su suegra, Noemí. Posteriormente, el desarrollo de la trama familiar -y de su noble descendencia, el rey David- se convertirán en un ejemplo de cómo las acciones individuales pueden alcanzar un impacto histórico. Otro motivo por el cual se lee Meguilat Rut en Shavuot es que la historia se desarrolla durante la época de la cosecha de los cereales, precisamente cuando se celebra esta festividad. Esto nos recuerda la importancia de expresar gratitud por los frutos de la tierra y por la bendición de la abundancia natural. Asimismo, nos invita a fomentar cualidades humanas semejantes: la generosidad, la compasión, la bondad como gestos constantes.
Los gestos de Noemí, la suegra de Rut, que encontramos en los cuatro capítulos que conforman el texto son decisivos. De inicio, Noemí es retratada como una migrante económica que reside en los campos de Moab junto a su esposo y sus dos hijos varones, que se casan con mujeres locales. Desafortunadamente, el padre de familia fallece y después las dos jóvenes quedan viudas. En ese momento, Noemí toma la decisión de regresar a Belén, su ciudad natal. Entonces libera a sus nueras para que rehagan sus vidas lejos de ella, buscando otros esposos y formando nuevas familias. Sin embargo, Rut, resistiéndose a la insistencia de su suegra, elige permanecer a su lado, ligada a su destino. La elección de Noemí por parte de Rut implica adoptar un modelo personal de cultura y religión, que no se refiere al Dios y al pueblo de su suegro, ni al de su esposo, ni al de los patriarcas, sino al de Noemí misma: “Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios, mi Dios” (Rut 1:16).
Una vez en Belén, ella encuentra su restauración y redención a través de la suerte de su nuera, quien se casa con Boaz, pariente terrateniente y protector. Además, su nieto Obed trae vida después de las sucesivas pérdidas, confirmando así una línea genealógica judía que no ha cesado, sino que al final se ha enriquecido.
En un atrevimiento, y debido a su centralidad, no sería injusto proponer que llamemos ‘Meguilat Noemí’ a este libro. Y preguntarte: ¿Quién es tu Noemi?
Jag Shavuot Sameaj.