La lección principal que me llevo de regreso a los Estados Unidos es la siguiente: en América Latina, el movimiento reformista está viviendo un renacimiento de foco y energía.
Los sabios nos transmiten el principio de que la Torá destinada a ser enseñada, como también aprendida, es la “Torá de la bondad”.
Al llegar a Brasil este año, tuve el gran gusto de estudiar y enseñar junto a nuestras comunidades reformistas en São Paulo y Río de Janeiro, con la oportunidad única de estudiar con nuestros futuros rabinos y líderes del Instituto Iberoamericano de Formación Rabínica Reformista.
Es decir, tuve el honor y el gusto de vivenciar la “Torá de la bondad” junto a ustedes, nuestras comunidades reformistas, bajo el liderazgo de Raúl Gottlieb, Miriam Vasservam, Flávio Levi-Moreira y Karin Zingerevitz de UJR-AmLat; del rabino Ruben Sternschein, Mario Fleck y Marcos Lederman de CIP-SP; del rabino Uri Lam, Mika Feffer y Marlene Mangabeira de Beth El; y el rabino Sergio Margulies, Gilberto Lamm y Tamar Messer de ARI-RJ.
Fiel a la esencia de la “Torá de la bondad”, no sólo enseñé, sino también aprendi. De los comentarios y preguntas traídas por la audiencia de mis muchas charlas, a las conversaciones de pasillo y cenas, ustedes me ha incluído en esta jornada latinoamericana rumbo a un judaísmo reformista siempre más fuerte y dinámico.
La lección principal que me llevo de regreso a los Estados Unidos es la siguiente: en América Latina, el movimiento reformista está viviendo un renacimiento de foco y energía.
En el Kinus del Instituto, bajo el liderazgo del rabino Damián Karo, encontré a un grupo de alumnos y administradores dedicados al propósito del progresismo y la apertura comunitarios, en base al estudio profundo de las fuentes de nuestra variada y antigua tradición -de las más históricas a las actuales. Salí de esa experiencia inspirado y renovado en mi propio trabajo de preparar la siguiente generación de líderes para la América del Norte.
Nuestra alianza vino a ser fuente en sí misma para mí – una lectura human de las posibilidades que tenemos, juntos, para avanzar el judaísmo progresista y reformista en el hemisferio occidental.
Así, yo alzo un brindis a las posibilidades, y ya no puedo esperar el momento de realizarlas con ustedes.