Tisha BeAv 5782 | 2022 – Y el Templo fue destruido…

 

תִּשְׁעָה בְּאָב

Tishá beAv

 

6-7 de Agosto de 2022

 

10 Av 5782

 

Y el Templo fue destruido…

 

Una conocida historia descrita en el Talmud Babel, tratado de Guitín 55b, nos narra que había una persona cuyo gran amigo se llamaba Kamtza y cuyo gran enemigo se llamaba Bar Kamtza, un nombre muy similar. El relato nos dice que este individuo, de quien por cierto desconocemos su nombre, llevó a cabo un gran banquete y le dijo a su sirviente: “Ve y tráeme a mi gran amigo Kamtza”.

 

El sirviente, quien aparentemente no puso atención al nombre o simplemente se confundió ante nombres tan parecidos, fue y en lugar de invitar a Kamtza, invitó por error justo a su gran enemigo Bar Kamtza, quien se presento al banquete. El enigmático hombre quien organizaba la fiesta, al llegar al salón se encontró que su gran enemigo Bar Kamtza ¡estaba sentado entre los invitados! Bastante sorprendido al ver que Bar Kamtza se encontraba en su banquete, este individuo que era ahora el anfitrión de la fiesta, dijo a gran voz que se prohibiera que Bar Kamtza estuviera entre los presentes. El texto talmúdico relata el interesante diálogo entre ellos:

 

Dijo el anfitrión ante todos: “Ese hombre (señalando a Bar Kamtza) es baal devava de este hombre (señalándose a si mismo)”. La expresión usada baal devava, fue muy fuerte y no tan solo se entiende como “enemigo” sino como “odiado”. Y dirigiéndose a Bar Kamtza le dijo en alta voz: “Entonces, ¿qué haces aquí? Levántate y vete!”. Bar Kamtza, quien había sido invitado, aunque por error al banquete, seguramente estuvo mas sorprendido que el anfitrión, y le contesto con tranquilidad: “Pero ya que estoy aquí, déjame por favor quedarme y pagaré por lo que coma y beba. Simplemente no me avergüences al expulsarme”.

 

El anfitrión, quizás aprovechando la oportunidad de verdaderamente avergonzar a su enemigo, o quizás simplemente por enojo le grito: “No! debes irte ya!”. Bar Kamtza seguramente avergonzado por la situación y tratando de calmar los ánimos le contestó: “Estoy dispuesto a pagar los gastos de la mitad de la fiesta, pero por favor no me avergüences y no me corras de aquí”. El anfitrión insistió ante el asombro de todos y le dijo: “No! debes irte ya!”. Como ultimo recurso para mantener su honor, Bar Kamtza le suplicó: “Estoy dispuesto a pagar los gastos de toda la fiesta!, pero por favor no me corras ni me humilles ante todos, déjame quedarme…” El anfitrión ciego de coraje y ante todos le grito: “No! debes irte ya!

 

En el salón todos se mantuvieron en silencio, y nadie dijo o hizo nada. Ante lo tenso de la situación entre ellos dos, y al ver que Bar Kamtza no se movía de su silla, el anfitrión finalmente decidió tomar a Bar Kamtza del brazo, con fuerza lo puso de pie y lo sacó del banquete…

 

Seguramente debido a la gran humillación que había sentido, Bar Kamtza se dijo a sí mismo: “Lo que mas me duele es que los sabios rabinos que estuvieron sentados allí, no protestaron ni hicieron absolutamente nada ante las acciones del anfitrión. Y aunque cuando todos veían cómo me humillaba, aprendí de ello que ¡ellos estaban contentos y satisfechos con lo que hizo! Ahora por ello, iré e informaré contra ellos al emperador!”. 

 

Al día siguiente, Bar Kamtza fue y le relató al emperador: “Los judíos se han rebelado contra ti”. El emperador sorprendido por la declaración le preguntó: “¿Quién dice que esto es así?” a lo que Bar Kamtza le dijo: “Ve y pruébalos. Envíales una ofrenda para que la traigan en honor del gobierno y fijate si la sacrifican”. El emperador envió con Bar Kamtza un ternero selecto de tres años. Pero, mientras Bar Kamtza venía con el becerro al templo, le hizo una mancha en el labio superior al becerro. Algunos dicen que hizo la mancha en sus párpados, un lugar donde acorde a la ley, es una mancha, pero según los gentiles para sus ofrendas, no era una mancha. Por lo tanto, cuando Bar Kamtza trajo el animal al Templo, los sacerdotes no lo sacrificaron en el altar ya que estaba manchado, pero tampoco pudieron explicar a las autoridades gentiles, quienes no lo consideraron manchado.

 

A pesar de la mancha, los sabios evaluaron sacrificar el animal como ofrenda debido a que se trataba del emperador y con ello, mantener la paz con el gobierno. El Rabi Zejarya ben Avkolas les dijo: “Pero si los sacerdotes lo sacrifican, la gente dirá que los animales con manchas pueden ser sacrificados como ofrendas en el altar!”. Por lo que los rabinos declararon: “Pero si no lo sacrificamos, entonces debemos evitar que Bar Kamtza informe de ello al emperador”. Por ello, los sabios pensaron incluso en asesinar a Bar Kamtza para que no fuera a hablar en contra de ellos con el emperador. Nuevamente el rabino Zejarya les dijo: “No! Porque si mandan a matar a Bar Kamtza, la gente dirá que quien haga una mancha en los animales sacrificados debe ser asesinado!”.

 

Ante lo complicado de la situación, los sabios decidieron simplemente no hacer nada! Igual como había sucedido en el banquete del anfitrión desconocido. Las autoridades romanas aceptaron la calumnia de Bar Kamtza y, en consecuencia, comenzó la guerra entre judíos y romanos y al final… el Templo fue destruído… ¡Cuanta enseñanza podemos aprender de esta interesante historia! Y sin embargo después de 1952 años desde la destrucción del templo me pregunto, ¿la hemos verdaderamente aprendido? 

 

A principios del último mes, Rosh Jodesh Tamuz, y como sucede todos los meses, decenas de manifestantes haredíes intentaron interrumpir el servicio mensual de Rosh Hodesh de “Neshot HaKotel – Las Mujeres del Muro”. Eso se ha visto mes con mes desde hace años, y no habría nada de que sorprenderse. Sin embargo, este mes la hostilidad, se extendió a la sección igualitaria del Kotel abierta a grupos liberales “Ezrat Israel”, donde se estaba llevando a cabo la celebración de Bar Mitzvah de una familia estadounidense. Joel Mann, el padre de Seth Mann, quien celebraba su Bar Mitzvah ese día, describió lo sucedido, un acontecimiento reprobable que hace eco en la historia de Kamtza y Bar Kamtza: “Lárguense! Deben irse ya!” les gritaron a esta familia, mientras levantaron letreros en hebreo que el Sr. Mann no entendía y quien les pregunto sobre el motivo de su agresividad. La respuesta a su pregunta le impactó. Los haredíes le dijeron que “ellos no eran judíos”. 

 

El Sr. Joel relata: “Intenté explicarles que mi hijo estaba siendo Bar mitzvá, pero no aceptaron nada. Continuaron acosándonos. Intentaron acercarse a nuestro grupo, pero los miembros de nuestra familia formaron un semicírculo alrededor de mi hijo mientras cantaba la Torá y lo protegían de estos vándalos que intentaban atacarnos”. 

 

Y la policía? Bueno, igual que los sabios de nuestra historia… hizo poco o nada por detener los disturbios y los ataques violentos que ocurrieron. Se quedaron allí solo observando cómo aquellos vándalos atacaban a las personas cuyo único deseo era rezar y suplicar por Shalom. “La policía israelí simplemente se quedó allí, en el mismo silencio, mientras los adolescentes haredíes atacaban a los judíos”, declaro con mucho dolor el Sr. Joel Mann.

 

Por ello me pregunto, ¿hemos realmente aprendido la lección? Este ataque contra judíos no ortodoxos en el lugar más sagrado de todo el judaísmo es aterrador y peligroso. Deberíamos alarmarnos de que estos jóvenes adolescentes judíos haredíes se sintieran justificados religiosamente al atacar a otros judíos que leen la Torá y celebran un Bar Mitzvah. Quizás deberíamos estar aún más alarmados por el fracaso de la policía para proteger a los judíos no ortodoxos contra tales ataques. Estas humillantes y vergonzosas acciones y sobre todo el silencio de las autoridades, van seguramente a tener consecuencias a largo plazo. Ante todo para quienes han soñado con llegar a Israel para celebrar esos importantes momentos del ciclo de vida en el Muro de los Lamentos… y lo mas importante, para que  nosotros recordemos el final de la historia y alertarnos! pues con ese odio, podemos poner en peligro nuestro hogar nacional, “Y el templo sea destruido…”, Dios no lo permita!

 

El segundo Templo fue destruido por Sinat Jinam, un odio natural entre hermanos… pueda el Eterno escuchar nuestras plegarias este próximo Tisha BeAv, recemos para lograr que este odio entre nosotros mismos desaparezca, y actuemos todos para poder convivir, en las palabras el Salmo: Shevet Ajim Gam Yajad, juntos como hermanos, Amen.

 

Rabino David Laor

 

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