La que debería ser la más “feminista” de las fiestas judías es problemática sobremanera. ¡Un día de fiesta con una Meguilá que lleva el nombre de una mujer! Ester es una clase de heroína judía de pleno derecho. Asimismo, la primera reina, Vashti, es baneada por negarse a servir al rey en una fiesta de hombres borrachos. Entonces la nueva reina es elegida participando en un concurso de belleza. A Ester la manipula su tío/primo Mordejai. ¿Qué se puede considerar feminista en Purim para que de alguna manera lo tomemos en serio?

Nuestros rabinos siempre nos invitan a usar nuestra imaginación -como la de un midrash- para completar brechas cuando somos desafiados, instigados, perturbados por las narrativas bíblicas. Ellos incluso inventaron el viaje en el tiempo cuando Moshé se transporta al Beit Midrash de Rabbi Akiva. O mejor aún, a principios de los años 70, en la primera colección de escritos feministas judíos en un periódico llamado Response, Judith Plaskow creó un glorioso midrash sobre Eva conociendo a Lilith (la primera mujer mística creada antes de Eva). La verdadera hermandad nació en aquel Midrash. ¿Podría suceder lo mismo con Ester y Vashti?

Entonces tratemos de imaginar, fantasear lo que podría haber pasado si Ester hubiese conocido a Vashti. Supongamos que Vashti salió corriendo de la cámara del rey. Ella recién había sido expulsada, pero ella se muestra desafiadora. Al negarse a llorar en la presencia de Asuero, ella corre a la habitación femenina más cercana y allí llora. Entra Ester para retocarse el maquillaje antes de iniciar el concurso “Nueva Reina”. POW … sucede el momento del encuentro. ¿Quién eres tú? Se preguntan simultáneamente. ¿Por qué estás llorando? Pregunta Ester. ¿Quién te hizo esto? Implora Ester. Ellas cuentan sus historias una a la otra.

Vashti le pregunta a Ester: – ¿estás segura de que estás lista para eso? Él es un tonto borracho con consejeros malignos. ¿Qué podrías hacer aquí? o ¿En qué podrías convertirse aquí?

Ellas conversan, ríen, lloran juntas y luego hacen un juramento.

Ester: Vashti, puedes que hayas sido expulsada del Palacio, pero yo voy a vivir tu historia, ser valiente y mantener mi humanidad. ¿Quién sabe cambiar la historia al usar todos los trucos que me enseñaste ahora?

Vashti: Me siento redimida y representada. Tal vez un día las chicas me mirarán a mí y las mujeres demandarán por igualdad en sus bodas.

Juntas: Y rezaremos y trabajaremos por un futuro dónde seremos reconocidas como verdaderas fuerzas de cambio y luchadoras por la igualdad y la justicia para las mujeres y para todos los que sufren con el dolor y la humillación del poder sin control.

Rabina Naamah Kelman

Rectora, The Taube Family Campus, HUC-JIR/Jerusalem